I. INTRODUCCIÓN
Tenía por lo menos 2 meses que no subía a la montaña…de hecho, no había subido desde el 6 de agosto de 2011, cuando subí a la Piedra del Indio por primera vez en mi vida (Ver El Camino a la Piedra del Indio 1 y 2). Por coincidencia, mis compañeras de montaña decidieron que la ruta que harían hoy sería también subiendo por el Camino a la Piedra del Indio. De ahí seguiríamos. El paseo parecía un poco largo para mi poco entrenamiento, pero decidí acompañarlas. Ellas siempre me animan y me dicen que lo lograré…Aunque vaya un poco más despacio, siempre llego…
En la mañana temprano (alrededor de las 6:30 a.m.), me llamó mi amiga Kati para decirme que por su casa estaba lloviendo y para preguntarme que cómo estaba el tiempo por mi casa. Le comenté que hacia el Norte estaba nublado y que la montaña estaba bastante tapada, que para el Sur y para el Oeste también estaba nublado, pero había claros, y que para el Este estaba bastante despejado. Decidimos que, no obstante la posibilidad de lluvia, subiríamos, basándonos principalmente en que hacia el Este no estaba tan nublado. Ésa fue una excelente decisión. A veces en la vida tenemos que ser optimistas para no perder oportunidades increíbles que se nos presentan. Si nos hubiéramos quedado en casa, temiendo la lluvia, no hubiéramos disfrutado del maravilloso e interesante día que pasamos.
Para Kati y para Claudia también era la primera vez que hacían el camino siguiendo desde la Piedra del Indio. Iralí era la guía esta vez.
Claudia me pasó buscando y nos encontramos con Kati y con Yraly en un Centro Comercial en Sebucán. De allí, nos dirigimos caminando a la montaña.
Comenzamos a subir y yo me preguntaba cómo sería subir nuevamente por este camino por donde yo había tenido una increíble experiencia y una bella lección. La verdad es que el camino no me resultaba familiar y me parecía que estaba bastante distinto a la primera vez que había pasado por allí.
II. MARIPOSAS CON ALAS TRANSPARENTES
Ví un sinnúmero de mariposas con alas transparentes en la primera parte del camino. Son bellísimas. Ya las había visto antes, pero esta vez había más. A pesar de todos mis esfuerzos, casi no logré tomarles fotos…aunque las disfruté muchísimo.
Desde la primera vez que tuve la bendición de ver una de estas mariposas, las busco siempre en el Ávila, porque me parecen una bellísima evidencia de la imaginación, el diseño y la creatividad de nuestro Creador. Estas mariposas tienen diversos colores en los bordes de sus alas. Al ser sus alas transparentes, uno puede ver a través de ellas lo que está del otro lado, y es una sensación lindísima. Cuando se posan y tienes oportunidad de observarlas de cerca sin que se asusten, el espectáculo es grandioso. A través de sus alas puedes ver las hojas de diferentes colores o las flores que hay alrededor.
Pensé que seguro habría muchas personas que han subido al Ávila y que nunca se han fijado en las mariposas con alas transparentes…A veces caminamos tan rápido por la vida, apurados, tratando de llegar a un sitio a una hora específica, que nos perdemos los detalles pequeños…La transparencia de las alas de las mariposas a nuestro alrededor nos pasa desapercibida…Disfrutando de cada una de estas mariposas que tuve la oportunidad de encontrar en mi camino, alimenté mi espíritu mientras subía.
III. CONVERSACIONES PROFUNDAS A PESAR DE LA DISTANCIA
Tuve la dicha de conversar con mis hijos, quienes me llamaron justo cuando empezábamos a subir. Hablamos por un largo rato, aunque yo iba extenuada y casi jadeando entre la subida y la conversación. Mi hijo mayor me estaba contando sobre el libro “El Paraíso Perdido” de John Milton y recomendándome que lo leyera porque era indescriptiblemente bello. Además, me estaba comentando sobre el libro “Emma” de Jane Austin. que acababa de terminar de leer. Yo por mi parte le hablaba de la vida, del esfuerzo y de la dedicación, de la perseverancia, de la entrevista que había tenido el día anterior con el Dr. De Sola, de las huellas que dejan algunos caminantes para que las sigamos, de los sueños, y de tantas otras cosas. Le comenté a mi hijo que comenzaría a leerme los libros que había recibido el día anterior de mi amigo, José Félix Díaz (Estudios Sobre el Mariscal Sucre), y del Dr. René De Sola (Viviendo el Futuro) y que pronto trataría de leerme también El Paraíso Perdido, porque lo tenía ya en el estudio, esperándome. Le comenté también a mi hijo mayor que estaba comenzando a leerme un libro que me había prestado mi amiga Kati (Tres Tazas de Té). Aproveché ahí para pasarle el teléfono a Kati, que venía detrás de mí, para que le resumiera el libro, mientras yo recuperaba el aliento. Kati le resumió a mi hijo la bella historia de la vida real contenida en ese libro, acerca de un montañista, sus experiencias, sus sueños, y la sabiduría de la gente humilde con quien tuvo la oportunidad de compartir.
IV. LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN
En diversas ocasiones se cayó la llamada mientras hablaba con mi hijo mayor. Él, demostrando su perseverancia, volvió a llamar varias veces y logró seguir conversando por algún tiempo. Sin embargo, en algún momento perdimos la comunicación. Pensé en lo importante que era aprovechar los momentos que teníamos para comunicarnos, para procurar enseñar, para aprender y para dejar un mensaje positivo. También pensé que la comunicación se había roto mientras íbamos ascendiendo. Recordé en ese momento a Jesús, cuando le dijo a sus discípulos que ellos no podían seguirlo a donde Él iría, pero que Él les dejaría el Espíritu de Dios para que los acompañara en la tierra. Cuán diferente puede ser tener a una persona entre nosotros y poder comunicarnos directamente y de cerca, que tener que comunicarnos a una gran distancia que impida que nos oigamos bien y que produzca interferencia en la comunicación. Concluí que mientras podamos, debemos aprovechar cada momento en el cual tengamos oportunidad de conversar con nuestros seres queridos para transmitirles todo aquello que deseemos mientras estemos aquí. La vida es corta y uno nunca sabe cuándo y cómo las circunstancias que nos rodean pueden cambiar…¡Vivamos cada día como si fuera el último!!
A raíz de la conversación sostenida con mi hijo mayor, Kati me comentó que le habían llamado la atención todos los temas sobre los cuales habíamos conversado y cómo aún, estando lejos, habíamos tenido una conversación más profunda de la que tienen muchas personas que están una al lado de la otra. ¡Cuánta razón tenía!…
V. HOMBRES SOÑADORES
Le comenté a Kati sobre la entrevista que le había hecho al Dr. René De Sola, sobre su capacidad intelectual, sobre su perfecta condición física, sobre su ánimo contagioso, su energía y sus sueños. Decidimos que estaríamos felices si Dios nos concediera una larga vida permitiéndonos llegar al final pudiendo aún valernos por nosotras mismas y siendo y habiendo sido fructíferas. Comentamos que era increíble cómo el sueño de uno se puede convertir en el sueño de muchos y darle sentido positivo a muchas vidas.
VI. AYUDA OPORTUNA
En algún momento de la subida, Kati me ofreció uno de sus bastones. Lo hizo sin que yo se lo hubiera pedido. Ella simplemente notó que me estaba costando subir, y me ofreció ayuda. Acepté el ofrecimiento y decidí que me compraría unos bastones en la próxima oportunidad que tuviera. El bastón de mi amiga me sirvió durante todo el trayecto. Me servía cuando quedaba atrapada entre hojas secas, piedras o troncos…
Siempre me llama la atención cómo hay muchos que le extienden a uno la mano y lo apoyan a lo largo del camino. Le doy gracias a Dios por todos aquéllos seres que ha puesto cerca de mí a lo largo de mi camino y que me han apoyado en los momentos más difíciles.
VII. EL CAMINO DE LA VIDA
Poco a poco, como pasa usualmente cuando subo a la montaña con mis amigas que entrenan semanalmente, me fui quedando rezagada. Me daba tranquilidad oír las voces de mis compañeras montañistas, porque sabía que estaban allí, caminando un poco más adelante, a pesar de que yo no las lograba ver. Comencé a pensar nuevamente en el camino que recorremos durante nuestras vidas. Me sorprendía pensar que, aún cuando yo ya había recorrido el Camino a la Piedra del Indio, hoy todo parecía distinto. El ambiente estaba húmedo y el terreno compacto. En esta parte del camino estaba nublado. Había mucha más maleza que la vez anterior, y en algunas partes había piedras, ramas y troncos atravesados. Yo buscaba las “bombillas”, pero esta vez no lograda ni siquiera distinguirlas.

El camino a veces puede estar lleno de obstáculos
Camino a la Piedra del Indio 3
22 de octubre de 2011

El camino a veces puede estar lleno de obstáculos
Camino a la Piedra del Indio 3
22 de octubre de 2011
Mientras recorría en silencio el camino, pude oír los pajaritos trinando. «¡Bello canto a la naturaleza!», pensé. Me dije a mí misma que nada ni nadie en esta tierra podría llenar nuestra alma como lo hace Dios, pues sólo Él la alimenta y nos brinda paz y calma.
VIII. DIFICULTADES
La maleza me rozaba los brazos y, a veces los raspaba…dos de nosotras llevábamos franelas manga corta, mientras que las otras dos, más previsivas y conocedoras de lo que les podía esperar, llevaban mangas largas. Otra enseñanza para la vida. Se hace todo más fácil cuando uno es previsivo, cuando se toman las precauciones y cuando uno se protege de antemano.
De repente, comencé a sentir que me estaban picando demasiado los brazos. Aun cuando sabía que no debía hacerlo, comencé a rascarme. Me pregunté si sería una alergia, aun cuando yo no soy alérgica…La picazón era bastante fuerte y desagradable, pero no lograba ver qué me la estaba causando. En algún momento, cuando ya la sensación se estaba haciendo insoportable, ví unos puntitos negros. Aun cuando me era difícil pensar que algo tan diminuto estuviera vivo, me dí cuenta que efectivamente eso era lo que me estaba picando. Kati vino al rescate. Con agua y con un pañuelo logramos hacer desaparecer esos bichitos, casi imperceptibles, que me estaban echando a perder mi viaje. Fue aquí donde surgió una nueva enseñanza. A veces ni siquiera podemos entender qué es lo que nos está dificultando el ascenso, aunque sentimos la molestia, el peso, o la irritación. Es preciso detenerse y averiguar la causa, para poder eliminar lo que está produciendo que no podamos avanzar ni disfrutar al hacerlo.

Vista de Caracas nublada
El Camino a la Piedra del Indio 3
Espíritu en Movimiento
22 de octubre de 2011
En el camino había muchas raíces. Además, tuvimos que pasar por encima y por debajo de ramas y troncos. Me impresionaba que la primera vez no me había costado nada avanzar por este camino, y que hoy se estuviera haciendo tan complicado. Aun cuando todo estaba nublado hacia abajo, y ya no podía verse la ciudad, arriba en la montaña se veía perfectamente el camino. A pesar de la maleza, de las picadas, de los rasguños y de las ramas, estaba feliz de estar caminando hacia la Piedra del Indio nuevamente.
IX. EL MENSAJE DADO NO NECESARIAMENTE SE REPITE
Reconocí la plantación de “bombillas” cuando llegué. Mis amigas esta vez no me estaban esperando…la verdad es que ya no era el espectáculo que había sido. La visión ya no era impactante. De hecho, podría haber pasado desapercibida La mayoría de los frutos estaban secos, aunque aún quedaban algunas bombillas por abrirse.
Era increíble cómo se evidenciaba que efectivamente, en la primera excursión, había habido un claro mensaje, que ya había sido dado. Una de mis amigas comentó que las “bombillas” eran frutos que no tenían nada por dentro…sólo aire…Yo pensé que tenían aire y luz y que eso era justamente lo que representaban…Además, ya casi todas las semillas habían sido esparcidas…Quedaban solo unas pocas por esparcir.
Claudia me había mencionado que aunque ella había participado directamente en la experiencia que yo había vivido el 6 de agosto, en mi primera subida a la Piedra del Indio, cada una de nosotras había sentido la experiencia de manera diferente. Esto me impresionaba notablemente, porque yo sentí en mi primera subida a la Piedra del Indio que ella era justamente quien me estaba haciendo notar cada uno de las señales…A veces, aunque dos personas vivamos una misma experiencia, tenemos entendimientos o percepciones distintos, y debemos respetarlos.
A partir de aquí, otra vez se podía ver la ciudad claramente. Otra enseñanza que el camino evidenciaba era que a veces hay etapas en nuestras vidas donde no podemos ver mucho ni hacia atrás ni hacia delante…otras veces, no podemos ver hacia atrás, pero sí hacia delante, y viceversa…
Pasamos la mata de moras, pero esta vez no había ninguna madura…la lección ya había sido dada.
Iba parándome para tomar notas en mi blackberry de los pensamientos que me llegaban…después me servirían para recordar los momentos y facilitar el relato.
X. VIDAS PARALELAS

Lianas paralelas
El Camino a la Piedra del Indio
El Ávila, 22 de octubre de 2011
Espíritu en Movimiento
Más adelante en el camino, encontramos unas lianas que corrían paralelas. Yo al verlas comenté en voz alta… “vidas paralelas”…y pensé que en muchos casos, hay gente que ni conocemos que tiene las mismas inquietudes que nosotros, que han pasado por experiencias similares, que tienen sueños parecidos, y que, simplemente, o nunca nos los encontramos o nunca tenemos la posibilidad de compartir con ellos. Ahí estaba, plasmado en esas ramas, que iban al mismo lugar y que hacían el mismo recorrido, pero sin tocarse en ninguna parte.

Lianas paralelas
El Camino a la Piedra del Indio
El Ávila, 22 de octubre de 2011
Espíritu en Movimiento
Pensé que podía ser que alguien que viviera en Asia fuera muy parecido a alguien que viviera en América, con los mismos intereses, los mismos ideales, las mismas creencias, vivencias y experiencias similares, pero que estando tan distanciados físicamente, era difícil que pudieran encontrarse, aunque para Dios nada es imposible…también pensé que, sin ir tan lejos, era muy posible que, viviendo hasta en el mismo vecindario, dos personas con ideales y pensamientos parecidos nunca tuvieran la ocasión de conocerse. Estos pensamientos llevaron mi mente nuevamente a las redes sociales. No estaba muy segura de que me interesara participar en ellas, pero tenía que reconocer que era una manera en la cual personas con intereses comunes podían compartir sus historias. Consideré que en algún momento retomaría el análisis de este tema que me llamaba mucho la atención por estar justamente considerando si utilizaría este mecanismo para dar a conocer el proyecto en el cual estaba trabajando y que ocupaba mi mente y mi corazón.
XI. MATAPALOS
Había escrito un poema recientemente sobre cómo me habían quitado la venda de los ojos…Ése poema había hecho llorar a una amiga mía, mientras se lo leía, porque ella se sintió retratada en él. Había llegado como llegaban los demás…Sin prisa, pero sin pausa, había escrito y había salido el poema corrido, sin errores. El día antes de escribir ese poema yo había visto una partecita de un programa que mostraba cómo un bello árbol era ahogado por otro que se alimentaba de él y al final, lo mataba…Ahora, sentí como que me estaban enseñando esa lección en vivo, cuando en el camino encontré varios matapalos que evidenciaban lo que había visto en el programa y lo que había escrito en el poema.
XII. LA PIEDRA DEL INDIO
Llegamos a la Piedra del Indio, pero esta vez estaba ocupada por un grupo de muchachas y sus guías. Nosotras nos sentamos más arriba para descansar, disfrutar de la bella vista y comernos algunas frutas y chocolates. Siempre me encantan estos momentos en las excursiones cuando nos paramos en un sitio cómodo, con una magnífica vista, conversamos, disfrutamos de la calma y de la naturaleza y recuperamos nuestra energía.
XIII. EL CAMINO A QUEBRADA PARAÍSO
Le comenté a una de mis amigas cómo me impresionaba que justamente hubieran escogido para la ruta de hoy, cuando yo podía acompañarlas, recorrer el mismo camino que habíamos recorrido la última vez que había subido con ellas. Y entonces fue cuando más me impresioné, al enterarme de que la siguiente parada era “Quebrada Paraíso”…De la “Piedra del Indio” directo al “Paraíso”…
Yo estaba bastante cansada. Como comenté antes, el camino se me había hecho bastante más difícil que la primera vez, entre raíces, humedad, picadas y rasguños. Yraly, que conocía el camino que aún nos quedaba por recorrer nos dijo que de ahí hasta el “Paraíso” realmente el camino sería muy fácil y sencillo. Mientras recorríamos ese camino no hacía sino pensar en sus palabras y preguntarme si realmente ella pensaría que el camino era fácil…
Para mí, el camino desde la Piedra del Indio hasta el Paraíso fue complicadísimo…Había demasiadas ramas atravesadas, maleza por todas partes, barro, y, en general, incluso más obstáculos de los que había enfrentado para llegar a la Piedra del Indio. Sentía que mis pies quedaban atrapados entre la maleza del camino. Me costaba avanzar y a veces casi me parecía que me estaban agarrando los pies para detenerme. Varias veces me tropecé y hubo varias ocasiones en las
que estuve a punto de caerme. Mis propias energías también se iban desgastando…seguía, sin embargo, de buen humor, y dispuesta a llegar.
XIV. EL ACERO DE LA VEGETACIÓN
Llegamos a una parte del camino donde había una especie de pared que había que escalar. No era muy alta, pero para ascender tenías que subir por un bambú. Mis amigas ya habían subido y yo traía en mis manos el blackberry, con el que iba tomando notas, mi cámara, y el bastón. No tenía muy claro cómo subir con tantas cosas en la mano, pero pensé que lograría hacerlo. En algún momento, se me desprendieron los pies de la pared y quedé guindando del bambú, que se bamboleaba, acercándome a una parte que no parecía ser muy segura. Mientras esto ocurría, la verdad es que en ningún momento sentí temor. De alguna manera, estaba segura de que ese bambú aguantaría mi peso. Era tan fuerte…Así fue…Una vez recuperado el control, logré terminar de trepar y subir adonde se encontraban mis compañeras. Cuando comenté lo fuerte que me había parecido el bambú, Claudia me comentó que lo llamaban el acero de la vegetación. Yo lo comparé con nuestro Padre, que nos cuida, nos protege y no nos suelta…
XV. LLEGAMOS AL PARAÍSO
A medida que nos íbamos acercando a Quebrada Paraíso, oíamos cada vez el sonido del agua más fuerte. Yraly, que había venido diciéndonos lo poco que nos faltaba y dándonos ánimo, nos hizo saber que ahora sí, de verdad, estábamos llegando. Sentimos una gran emoción…La vegetación se hizo más frondosa y el agua parecía que estuviera cayendo justo al lado nuestro. Aún no podíamos verla pero la podíamos oir.
Valió la pena el esfuerzo y el increíble recorrido. Los rayos del sol, que ahora brillaba con fuerza, nos acariciaban, y la vegetación nos arropaba. El agua nos refrescó. Cada quien buscó un lugar donde acomodarse para almorzar. Seguí el ejemplo de Claudia y me quité las botas para meter los pies en el agua helada. ¡Qué rico es sentir el agua refrescante rozando nuestra piel!. ¡Estaba friísima!. Almorzamos, conversamos, descansamos, y nos tomamos algunas fotos. Recargamos nuestras energías y nos dispusimos a regresar a nuestro punto de partida…donde todo había comenzado…Me hice la pregunta…¿realmente deseo regresar?. Sentía una paz absoluta. Me sentía feliz, disfrutando de la naturaleza, de la compañía de mis amigas, y de sentir la presencia de Dios. Pensé que ésta era una manera de llenar nuestro corazón de increíbles e inolvidables momentos, sonidos y sentimientos, que nos acompañarían mientras los recordáramos. Pensé en el bello lugar que nos espera al final del camino, donde todo es belleza y perfección, donde podremos estar en armonía, disfrutando de la mano del Creador, y con todos estos pensamientos, comencé a caminar de nuevo.
XVI. EL REGRESO
Yraly nos comentó que ahora sí el viaje de regreso sería mucho más sencillo, y con esa expectativa, avanzamos por el camino de regreso a la ciudad. En el camino de vuelta encontramos un grupo de jóvenes scouts y otro grupo de 3 jóvenes que estaban conociendo el camino por primera vez. Me llamó la atención que realmente excepto por los 3 grupos que vimos, no hubiera habido más gente recorriendo este bello sendero.
Caminando por el Estribo de Duarte, pasamos unos sitios maravillosos. Los paisajes eran espectaculares. Teníamos unas vistas bellísimas de la Cabeza del Elefante, de la Piedra del Indio y de la Fila Maestra. Nos trazamos nuevas metas para nuestros próximos paseos.
Tuvimos la oportunidad de ver un eucalipto solitario e impactante. Pasamos también por un caminodonde estábamos rodeados de una pared de matas largas. La sensación fue lindísima…
No podría decir que el recorrido se me haya hecho fácil, aunque no cabe duda de que lo disfruté intensamente. La bajada fue dura. Las piedras del camino hacían más difícil la bajada porque se deslizaban debajo de mis botas, haciéndome temer que volvería a caerme, como ya me había pasado saliendo de Quebrada Paraíso. Mis rodillas estaban un poco resentidas y comenzaban a hacerse notar. No obstante lo anterior, seguía bajando, pensando que ya no faltaba tanto.
Durante el regreso hubo un momento en el cual vimos un helicóptero que estaba volando por debajo de nosotros. Pensé que quienes fueran en el helicóptero probablemente ni se enterarían que había unas montañistas que los estaban mirando desde arriba. Definitivamente, siempre hay alguien más arriba que nosotros…
XVI. MARAVILLAS DE LA CREACIÓN
Realmente la creación de Dios es algo tan maravilloso que muchas veces nos sentimos incapaces de describirla.
Algunas de las fotos que tomé en este paseo simplemente son una insignificante muestra del increíble poder del diseñador de este mundo…
XVII. ¿DE VUELTA A LA CIVILIZACIÓN?
Llegamos a la casa del Guardabosque. Vimos una hormiga gigante (bachaco) llevando una carga que parecía muy pesada para ella. Evidenciaba como jamás la carga será más pesada de lo que podamos soportar…
Ya estábamos casi al final de nuestro camino. Me pregunté si realmente estaríamos regresando a la civilización, o si, más bien, la estaríamos dejando…
Maritza… he leído los tres relatos que has descrito sobre las caminatas que hicimos… estoy sorprendida de ver tal cantidad de enseñanzas en unas pocas horas y eventos… jajajajajaja estoy muy feliz de haber podido ser parte de tus vivencias y además efectivamente me has mostrado que aunque dos o mas personas experimenten un mismo acontecimiento, ellas pueden tener diferentes percepciones de lo vivido!!! … Muchas gracias por compartir tus sentimientos y enseñanzas… y en cuanto a la ultima reflexión, yo pienso que cuando bajo de la montaña, estoy dejando la «verdadera civilización»…abrazos amiga y nuevamente mil gracias!!! 😉
¡Qué bueno que los hayas leído! Yo también creo lo mismo…Espero volver muy pronto a subir a disfrutar de nuestra bella montaña, aunque me toca entrenar antes. ¡Seguro que habrá muchas otras enseñanzas y mensajes!!
Maritza, que hermoso relato! Hoy escuche tu entrevista en el programa de Carolina Jaimes Branger y me meti en tu pagina para conocerla y realmente te felicito, es en verdad un lugar del ciberespacio que se asoma a una ventana del amor, del auntentico amor universal que esta vivo en cada ser humano y que hace tanta falta que todos entremos en el para que nuestro mundo empiece a cambiar desde dentro de nosotros. De nuevo felicitaciones y mis respetos por tan bello trabajo!
Carolina es una mujer sensible y brillante. Fue un placer estar en su programa. ¡Qué bueno que te haya gustado la página y qué bellas tus palabras!. Todo llegó…solamente recogí el mensaje y lo estoy compartiendo…¡Así es!…Tenemos que empezar a cambiar desde adentro para que todo cambie en nuestro entorno. ¡Gracias por tu mensaje!. ¡Prendamos una vela y pasemos la luz!. Cuando quieras compartir algún pensamiento o alguna experiencia avìsame para que la publiquemos en la página. Todos tenemos algo que aportar.
Maritza!! que bueno fue revivir ese hermoso paseo. A traves de tu relato, quizás más personas entiendan que es lo que cautiva tanto para, semana tras semana volver a la montaña… nunca me cansare, pues como lo experimentastes, cada visita, incluso repitiendo la ruta, es diferente. Gracias por compartir tus emociones y de ésta manera lograr que la gente intente ver las cosas desde un punto de vista fraternal.