“Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto” (Génesis 1.20-23).
Había luz…había cielos…había día…había noche…había tierra…había mares…había hierba…había árboles frutales…había sol…había luna…había estrellas…Y en este quinto día, cuando ya la obra iba avanzada…cuando ya tenía forma…cuando ya tenía colores…cuando ya tenía vida…cuando ya tenía tiempo…Dios le dijo a las aguas que produjeran seres vivientes y aves que volaran sobre la tierra…aves que volaran en la expansión de los cielos…Así, Dios llenó de seres vivos las aguas y los cielos.
Se puede resumir fácilmente…pero…¿cómo habrá sido el diseño de cada uno de estos seres?…¿Cuán único es el poder de crear donde no hay, y de concebir belleza, distinción, diversidad, colorido, y simplemente una maravilla tras otra, sin límite?…
Cuando uno se pone una máscara y se asoma al mundo marino, queda maravillado al contemplar la cantidad de peces de todos los colores, de todas las formas y de todos los tamaños…
…La cantidad de seres que habitan en el mar…Es difícil de imaginar cómo de no ser, fueron…y de no estar, estuvieron…
Mas difícil aún es imaginar que en ese quinto día no solo se crearon los seres marinos…Dios también creó las aves…Todos los seres marinos y todas las aves…Los primeros con sus aletas, con sus escamas…en algunos casos con sus tentáculos…Los segundos con sus picos, con sus alas, con sus trinos, con sus patas…Con todas sus formas, diseños, colores y demás características. Todos esos seres con los cuales nosotros, hoy en día, miles de años después nos deleitamos…esos seres ya estaban desde que en el quinto día Dios los creó. Y vio Dios que era bueno, igual que podemos apreciarlo nosotros hoy en día.
No sólo creó Dios los seres marinos y las aves, sino que también los bendijo…Recibieron la bendición de Dios cuando les dijo: “Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra”. Y así lo hicieron. Por eso hoy, debemos regocijarnos y agradecer a nuestro Creador por los seres vivientes que surcan los cielos, que llenan las aguas, y que forman parte de esta maravillosa creación llamada tierra.
Caracas, 16 de enero de 2014
7:20 a.m.
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