“¿Te imaginas cómo sería el mundo si no hubiera música?”, le preguntó la niña al niño.
“La verdad es que no…No me lo puedo imaginar…Sería como imaginarme un nido que nunca tuviera huevos, o un pájaro que no pudiera cantar, o un pez que no pudiera nadar…”.
“Es cierto. El mundo no sería igual si no existiera la música”, dijo la niña.
“Si no existiera la música, o si no existiera la poesía, o si no existiera la pintura, o la escultura…o cualquier otra forma de expresión. Al igual que las palabras, el arte nos permite comunicarnos y expresar nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestra personalidad, nuestra manera de ser y de pensar…La música y la poesía, al igual que otras formas de arte pueden conmover al ser humano profundamente…Uno puede llorar escuchando una sinfonía, una ópera…o leyendo una bella poesía…”, dijo el niño.
“Sí”, dijo la niña. “Hace poco yo estaba solita en la casa y me puse a ver una película vieja que se llama Historia de Amor. ¿La has visto?”.
“Sí…sí la he visto”; contestó el niño.
“Pues yo lloré varias veces, pero, al final de la película estaba sollozando…Me abracé de la almohada y en eso llegó mi abuelita y ella se angustió viéndome llorar así. Yo le tuve que explicar que la película me había hecho llorar”, dijo la niña.
“El hecho de que hayas llorado evidencia que tu corazón vibra al sentir el dolor ajeno. En la película hay una trama y si uno se mete en esa trama puede sentir lo que sintió la persona que escribió la historia. Casi puedes sentir lo que sienten los personajes. Una película bien hecha, un libro bien escrito, una obra de teatro bien actuada, pueden transportarnos dentro de la historia”, dijo el niño.
“Debe ser que yo me meto en la historia siempre, porque si veo algo triste me es muy difícil no llorar, aunque yo sepa que los actores no están sufriendo y que se trata simplemente de una actuación, o de una fantasía”, dijo la niña.
“Es una actuación o una fantasía, pero hubo alguien que sintió, aunque sólo fuera en su imaginación, lo que después describió con su música, con su poesía, o con cualquier otra de sus obras. Esa pasión, o ese sentimiento, es recogido en la obra, y después se transmite a quienes se le acercan. Pueden deleitar, pueden llenar el ambiente con amor o con odio, con alegría o con tristeza, con ansiedad o con armonía y consideración. En fin, son canales de comunicación sin los cuales yo no entiendo cómo podríamos vivir”, dijo el niño.
“Menos mal que no tenemos que vivir sin ellos. Han estado con nosotros por miles de años. De hecho, tal vez hayan existido desde el principio de los tiempos”, dijo la niña.
“Yo, efectivamente, creo que la inspiración existe desde el principio de los principios y creo que existirá hasta el final de los finales. Siempre tendremos inspiración y ella nos mantendrá vivos”, dijo el niño.
“Pues ojalá que esa inspiración vibre siempre y llene a los hombres para que entre ellos se contagien de esa inspiración y puedan encontrar bellas formas para comunicarse”, dijo el niño.
“Espero que así sea”, dijo la niña.
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