Extasiada frente a un nuevo amanecer no puedo dejar de pensar en mi conversación de ayer con el muchacho que nos llevaba en el peñero.
Buscábamos estrellas de mar. Desde que mis hijos eran pequeños, cuando veníamos a Tucacas, una parada obligatoria era la visita a las estrellas de mar. Había muchísimas adornando el fondo … Resaltando con su bello color anaranjado sobre la blanca arena bajo un mar de aguas transparentes. Mis hijos se lanzaban al agua y suavemente tomaban con sus manos alguna estrella. A veces sonreían con una en cada mano mientras les tomábamos las fotos que nos ayudarían a recordar, años después, los bellos momentos vividos. Ellos sabían lo valiosas que eran esas estrellas. Eran tesoros…Regalos puestos allí por el Creador para que nosotros y muchos otros pudiéramos disfrutarlos…y así lo hacíamos…al final colocábamos las estrellas de vuelta en el fondo o las observábamos después de ponerlas en la superficie hasta que se hundían completamente.
Esta vez, por primera vez, no nos fue fácil encontrar las estrellas…Donde antes había muchas y podíamos escoger cuántas y cuáles agarrar, ahora tuvimos que buscar con esmero en diferentes partes hasta encontrar una…No lo podía creer…¿Dónde estaban?…Al escuchar mi pregunta, nuestro guía comentó casualmente que cada vez había menos porque los chinos se las estaban llevando. Me quedé asombrada y mi corazón se encogió…¿Los chinos?…¿Qué chinos?…¿A dónde se las estaban llevando?…¿Por qué y para qué?…
No tengo la respuesta a esas preguntas…No me importa si son chinos o venezolanos quienes se están llevando las estrellas de mar de Tucacas…Lo que sí me importa es que tenemos que hacer algo con urgencia para evitar que nadie se lleve nuestras estrellas de mar a ninguna parte distinta a su entorno original donde adornan nuestro mar al igual que otras estrellas adornan nuestros cielos…¡Imagínense qué pasaría si algunos comenzaran a hurtar las estrellas celestes para alumbrar sus hogares!…¡No tendríamos más noches estrelladas!!!…
Conversé con nuestro guía sobre la importancia de cuidar nuestros tesoros naturales…Entonces me comentó que los chinos no sólo se llevaban las estrellas de mar. Pagaban buen dinero por los pepinos de mar que también estaban desapareciendo. Comentó que los usaban para hacer arroz chino. Otra vez, no me consta quienes lo están haciendo ni si es cierto lo del arroz chino. Lo que me consta es que después, en Tucacas, varias personas me confirmaron que lo que me habían dicho era cierto. El dinero todo lo puede…Así me había dicho el guía…
Es importante determinar qué está pasando con las estrellas de mar y con los pepinos de mar y que los responsables de proteger el ambiente tomen las acciones necesarias para que retorne el equilibrio y podamos seguir disfrutando de nuestros maravillosos parajes. No quiero ni imaginarme cómo me sentiría si mis nietos y nuestra próxima generación no llegaran a tener la oportunidad de maravillarse ante la belleza de un fondo marino iluminado por estrellas de mar.
Hago un llamado a los entes competentes y a todos para que juntos protejamos nuestras estrellas de mar. Estoy convencida que el dinero no lo puede todo…Nunca puede vencer al amor…El amor siempre prevalece aunque a veces nos tarde una vida llegar a esa conclusión…
Tucacas, 5 de septiembre de 2017
6:15 am
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