al mundo donde vivimos
aún se conmueve mi alma
pensando en cómo Te herimos
Tú viniste a dar amor
y Tú decías la verdad
Tú sufriste la pasión
por salvar la humanidad
Tu pobre cuerpo sufrió
y Tu alma se lamentaba…
Mas el Espíritu fuerte
todo ello lo soportaba
Injusticia y desatino…
violencia y crucificción…
donde parecía triunfar
la maldad y la ficción
Mas lo cierto es que muriendo
Tú nos dabas salvación
Un regalo que es eterno
y es nuestra gran bendición
Gracias por venir al mundo,
Jesucristo, Hijo de Luz
Gracias por amarnos tanto
y por morir en la Cruz
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Caracas, 25 de diciembre de 2012
9:00 a.m.
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