Al despertarme esta mañana junto con el sol, pensé: ¿Qué fecha será hoy?.  Me vino entonces la siguiente idea y la escribí, como siempre hago cuando fluye la inspiración:

¿Qué fecha es hoy?…¿Realmente importa?…¿Qué es nuestra vida sin el tiempo?…¿Qué fecha es hoy?…¿En qué me afecta?…Otra pregunta sin respuesta…

No obstante lo anterior, más tarde en la mañana, al percatarme que era 24 de enero, me di cuenta que justo hace tres meses sufrí el accidente…El 24 de octubre de 2014 me atropellaron en la ciudad de Budapest al lado del Danubio.  En ese momento, todo pudo haber terminado para mí en esta tierra terrenal…pero…no sucedió…Simplemente, por primera vez en mi vida se me fracturaron no solamente un hueso, sino dos…No podía caminar…Tampoco podía movilizarme excepto con ayuda de otros…Gracias a Dios, al poco tiempo, después de mi operación, ya podía movilizarme sola en silla de ruedas.  Después podía caminar con muletas.  Después pude manejar sola.  Luego pude caminar con una sola muleta.  El 24 de diciembre, para Nochebuena, solté la muleta y comencé a caminar apoyada en mis dos piernas.  Aunque cojeaba, me sentía feliz.  Cada vez cojeo menos y cada vez tengo menos molestia.  Hace dos días me puse por primera vez unas sandalias con plataforma y ayer me puse unos tacones pequeños tambi;en por primera vez.  Aunque para otros los avances no sean perceptibles, uno se llena de gozo con cada una de esas pequeñas demostraciones.  Lo que para otros no es mucho, para uno lo es todo.

Justo hoy recomenzaba proyectos que habían sido suspendidos y volvía a dedicarme a completar lo que se había iniciado…

Tres meses…En solo 3 meses, de haber podido perder la vida sin poder despedirme de ninguno de mis seres queridos, he pasado de estar básicamente inmovilizada a poder caminar de nuevo sola, apoyada en mis dos piernas.

Tres años…En solo 3 años, de haber perdido básicamente todo lo que creía era importante para mí, he pasado a recuperar lo que realmente era importante.

Pareciera, entonces, que las fechas son importantes para que nosotros, los humanos, podamos entender la magnitud de los eventos…podamos celebrarlos…podamos recordarlos…y aprendamos a esperar y a cumplir oportunamente con lo que debemos hacer.  En la eternidad el tiempo no será importante, porque ya no tendremos que medirlo.  Simplemente seremos,  existiremos y viviremos.

Mientras tanto, sonrío agradecida sabiendo que la vida es un milagro y que, mientras estemos en esta tierra, debemos dar lo mejor de nosotros mismos. Podemos caer…podemos dudar…podemos retroceder…podemos temer…podemos desmayar…pero siempre debemos continuar hacia adelante, redoblando el esfuerzo, con fe y con esperanza…Dejando que sea el Espíritu Santo quien nos guíe y sabiendo que el mérito no es nuestro…Él nos dió los talentos…Nosotros solo debemos utilizarlos para reconocer lo que nos ha sido dado.

 

Tres meses…Tres años…Tres días…

¿Coincidencias?…¿Evidencias?

 

Caracas, 24 de enero de 2015

2:00 p.m.